martes, 21 de mayo de 2013

LOS REGALOS.


Una vez le regalé una falda a una chica que acababa de conocer. Simplemente me dijo que la falda era bonita y yo se la regalé. La chica se quedo de cuadro, porque no entendía por qué le regalaba aquella falda tan bonita si apenas no conocíamos.

Según las reglas básicas del antiguo Dahomey, entre amigos, conocidos, compañeros, vecinos o gente que acabas de conocer… puede haber regalos. Pues los regalos son ofrendas, algo que das al otro como muestra de afecto o de complacencia sin esperar nada a cambio simplemente porque te apetece.

Allí todo el mundo regala cosas y cualquier motivo es bueno para regalar algo. Los regalos son para dar a entender al otro que le tienes consideración.
Si a alguien le alabas un pendiente, se lo quita y te lo da.
Si le dices a alguien que la tela de su ropa es bonita, el día siguiente busca uno para ti.
Cuando a alguien le sobra algo, puede darle una parte a su vecino, aunque no tenga ninguna relación con aquel vecino. Puedes regalar cosas a una persona, el primer día que conoces a esta persona.

Regalos simples como muestra de una convivencia tranquila y de afecto mutuo.
Todo el mundo regala. Y los regalos se cogen como lo que son. Pues eso simples regalos. En estas sociedades hospitalarias, se regala al amigo de un amigo para mostrarle los buenos amigos que sois tu amigo y tú.  Y dar regalos también puede ser el principio de algo bonito…

Aquí, no hay naturalidad con los regalos y te tachan de fantasma, de rarito y de chalado.

En efecto, en el país de los blancos, no es lo mismo. Si regalas algo a alguien, sin ningún motivo de cumpleaños, embarazo o de décadas de amistad, se queda desconcertado e incomodo. No entiende que le regales cosas algo sin pretexto o sin finalidad alguna. No sé si es que los blancos no entienden este concepto pero si les regalas algo, se te lo niegan en la mano y se crea en el aire un ambiente tenso. Y les sabe mal, y no saben qué decirte y no quieren aceptarlo… y una cosa tan bonita como un pequeño regalo de nada, se vuelve algo raro o chirriante.

¿Por qué sólo tenemos que regalar cosas a la gente que conocemos?

No lo entiendo. El regalo es lo que representa la otra persona para ti. Dar algo a alguien simplemente porque te ha apetecido es la manera que tenemos para demostrar que a esta persona que esté en nuestros pensamientos. Si yendo por la calle veo un bolso que le gustaría a mi amiga se lo compro porque me apetece. Si compro para mí un anillo, también se lo puedo comprar a mi amiga porque quiero que llevemos el mismo anillo.

Aquí sólo las madres hacen regalos a sus hijos sin pretexto y con espontaneidad
Sólo las parejas se comprar cosas sin motivo y con naturalidad.
Pero la cosa se queda allí. Es raro ver a vecinos o simples compañeros dándose cosas aunque no tengan una relación profunda. 

¡Qué pena!

Entre amigos cualquier día es bueno para regalar lo que sea.
Entre compañero, regalar algo no debería ser tan embarazoso.

Si regalamos cosas a los dioses que no vemos nunca, ¿por qué no ofrecer también a las personas…?

Un regalo tiene que provocar alegría y una sonrisa afable, un grito de sorpresa y una risa fragorosa o un corte de aliento con los ojos grandemente abiertos y después de todo esto, un abrazo enorme y un “Gracias”. Nada más.
Los regalos son sinónimos de afecto, de aprecio y de amistad. De ternura, de sentimiento de de estima.

Un regalo es un elogio.


http://yaivi.blogspot.com 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Está muy lejos Dahomey? Cada día tengo más ganas de irme de aquí....Sólo pido un sitio que la gente sea normal y te salude cuando te cruzas con ella. ¿pido mucho?

yaivi dijo...

hahah! Qué va! El Antiguo Dahomey está aqui cerca, sólo hay que saber encontralo...!!! saludarse por la calle?? allí es primordial.

Sergio dijo...

Me ha encantado esta entrada. Es tan bonita.

El Drac dijo...

Lo que pasa es que en la urbe todos tenemos que ser hipócritas, es una regla y por lo tanto, al saber que TODOS cumplimos esa regla, por fuerza debemos andar desconfiando y ¿quién da un regalo de quien desconfía? ¡¡NADIE!! ¡Qué pena me da que hayas tenido que venir a contaminarte con la modernidad!

Un abrazo

Anónimo dijo...

Particularment, quan jo faig un regal el faig perquè em surt del cor, sense pretendre aconseguir res a canvi. Normalment intento regalar quelcom realment especial que pugui sorprendre a la persona en qüestió. Si amb aquest gest puc dibuixar un somriure a la persona que li regalo aquest és el millor obsequi que em poden fer.
No calen motius per regalar, ni dates senyalades, es fa perquè si, quan menys toca, per demostrar que t'estimes a aquella persona...
Gerard